viernes, 11 de abril de 2014

El gran GRANT.

En una de mis rutinarias búsquedas de información sobre cine he dado con una página en la que hay una buena dosis del que podría considerar mi actor favorito, Cary Grant. 
clic: http://sanchezdetoro.webcindario.com/cgrant.html
"Se ha escrito mucho sobre Grant, quizá demasiado. Yo no voy a detenerme solo en su filmografía, sería inútil. Casi todos los aficionados al cine conocen al detalle su brillante trayectoria, desde Historias de Filadelfia hasta Apartamento para tres. No soy el clásico crítico de cine ni el escritor que habla de la importancia de su nombre, analizando sus películas o sus amores. Voy a centrarme en el hombre atractivo que está tras su nombre, el que rasga la pantalla y se sienta a nuestro lado como el amigo deseado que nos acompaña en los momentos más trascendentales de nuestra existencia; también un poco sobre su vida artística, pero con datos insólitos que hasta ahora ni yo conocía. Cary Grant fue para mí y lo es ahora, una bomba de relojería, su figura sobresale de entre los recuerdos, aunque un tanto desvaída por culpa de su última biografía, un perfil que poco importa, porque el tic tac de nuestro corazón aún late con fuerza suficiente para comprenderle, admirarle y recordarle.

A pesar de los muchos años transcurridos desde que protagonizó su último largometraje y su lejano fallecimiento (en Davenport, el 29 de noviembre de 1986), la figura de Cary Grant sigue siendo uno de los reclamos más poderosos para el público de todo el mundo, tanto si se es un aficionado al cine como si únicamente se acerca a su mundo de forma morbosa, en busca de entretenimiento. Ni siquiera los rumores sobre su homosexualidad han conseguido romper el vínculo de afecto que los espectadores de todas las edades establecen de manera automática con este carismático actor que llenaba la pantalla con una elegancia y un sentido del humor difícilmente repetibles, y a los cuales sólo ha podido acercarse Gregory Peck. Pero a Peck le faltaba el toque de locura cómica que Grant imprimía a sus trabajos y se manifestó como intrépido juego de autoparodia en la inolvidable Charada, de manera que cuando Stanley Donen tomó a Peck como sustituto de Grant en Arabesco, un ejercicio parecido por su humor y suspense, la fórmula no dio resultado. De hecho, todos los intentos por buscarle sustituto a Cary Grant en el difícil papel de galán cómico, que él mismo había convertido en una especie de arte dentro del cine, fracasaron estrepitosamente a pesar de elegir actores de probada eficacia y con estrellato propio como Tony Curtis, que mantuvo un excelente duelo con el propio Grant en Operación Pacífico, o el mismo Rock Hudson, a quien Howard Hawks utilizó en Su juego favorito, papel en principio escrito para el lucimiento de Cary Grant. (...) 
Marlon Brando dijo en una ocasión que, de parecerse a Cary Grant, ya podía tumbarse al sol y dejarse al destino, porque actores como él daban categoría a su profesión. (..)
Un avispado periodista le preguntó en una ocasión: "¿Quién es realmente Cary Grant?" A lo que el actor contestó: "Cuando lo descubra, cuéntemelo". (...)
Audrey Hepburn dijo a la prensa: "Cary era puro algodón, apenas podía mirarle a los ojos, tenía un imán que hacía que me olvidase del guión. Su clase, compañerismo y atractivo, eran indiscutibles". (...) 
Hitchcook definió al actor perfectamente: "Podría actuar con un huevo podrido en la cara y seguiría pareciendo tan fascinante como siempre". (...)

Creo que está clara su condición, su elegancia, su enorme valía como actor de cine, sus ganas de vivir, su generosidad con los seres que ama, su influencia entre los actores jóvenes de hoy. Creo que a todos los hombres del mundo nos hubiera gustado ser, por unos instantes, Cary Grant, aunque para ello tuviéramos que atravesar ese telón de luces y sombras que fue su vida, una de las existencias más interesantes del panorama cinematográfico mundial." 

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